El periodista y escritor Italo Calvino afirmaba que toda historia no es otra cosa que una infinita catástrofe de la cual intentamos salir lo mejor posible. Las complejas negociaciones que se han iniciado para alcanzar la paz en la cruenta guerra que tiene lugar en Ucrania, desencadenada en febrero de 2022 tras la invasión de las tropas rusas, lograrán la tan ansiada paz, aunque todavía no conocemos en qué momento, a qué precio y cuáles serán las contrapartidas para detener la enorme catástrofe vivida a lo largo de estos años.

Son tantos los intereses en juego, y no solo por los dos contendientes, Rusia y Ucrania, sino fundamentalmente de otros países, actores e instituciones, son tan complejos los orígenes de este conflicto y tan interesadas las narrativas que se han venido difundiendo para justificarlo que cuesta entender las razones por las cuales Europa vive en su suelo la guerra más violenta desde la Segunda Guerra Mundial. En este, como en otros acontecimientos actuales, es imprescindible conocer con detalle hechos históricos verídicos y documentados para acercarnos a comprender las razones de tanta muerte y destrucción. Y también para situar mejor los perfiles de un futuro acuerdo de paz tan complejo, como todos los que se alcanzan tras una contienda militar.

En el mes de febrero de este año intervino ante el Parlamento Europeo uno de los mayores especialistas mundiales en política exterior, el profesor Jeffrey Sachs, invitado por el ex secretario general adjunto de las Naciones Unidas y actual eurodiputado, Michael von der Schulenburg. El profesor Sachs es un prestigioso académico que durante años ha intervenido en momentos decisivos de la política exterior de los Estados Unidos, asesorando a diferentes presidentes y trabajando en organismos internacionales tan importantes como el Banco Mundial o las Naciones Unidas, habiendo sido profesor en las universidades de Harvard y Columbia. Por si fuera poco, fue asesor del gobierno polaco en 1989, formó parte del equipo económico de Gorbachov y de Yeltsin desde 1990 a 1993 en Rusia, trabajando con el gobierno ucraniano en 1993 y 1994. Estamos ante uno de los grandes conocedores de las relaciones exteriores de numerosos gobiernos norteamericanos en las últimas cuatro décadas, por lo que sus palabras tienen el valor de proceder de uno de los protagonistas de momentos clave de las relaciones internacionales y de los países del Este.

En su larga y documentada intervención, el profesor Sachs explicó con claridad todo el proceso que llevó a desencadenar la guerra en Ucrania como resultado deliberado de una política exterior estadounidense profundamente equivocada tras la disolución de la Unión Soviética en 1991, tratando de dañar a todos los países que fueron aliados de la URSS, trabajando para expandir a la OTAN hacia los países del Este de Europa, hasta las mismas fronteras de Rusia, provocando la revolución del Maidán en 2014 para derrocar al presidente Yanukóvich, poniendo en su lugar a otro que apoyara toda la estrategia política estadounidense en Ucrania para su aproximación a la OTAN y provocar el enfrentamiento con Rusia.

La invasión de Ucrania en febrero de 2022, siendo como es un acto de guerra absolutamente condenable, fue la consecuencia de todo un proceso de veinte años de una política estadounidense agresiva tras la caída de la Unión Soviética para conseguir un mundo unipolar, donde los Estados Unidos fueran la única potencia en el mundo, eliminando cualquier posibilidad de que Rusia pudiera volver a ser un gran imperio. Los llamados acuerdos de Minsk de 2014, firmados para poner fin a la guerra en el Dombás, fueron incumplidos por Ucrania bajo el amparo de los Estados Unidos, mientras se armaba a Ucrania y se seguía bombardeando esta región, al tiempo que se anunciaba la próxima incorporación de este país a la OTAN para llevarla hasta las fronteras mismas de Rusia, incumpliendo así numerosos tratados y acuerdos internacionales anteriores en los que se garantizaba a Rusia que esta organización militar nunca se expandiría por Europa del Este.

El profesor Sachs, ante los parlamentarios europeos, explicó y documentó el contenido del largo telegrama que en 2008 envió el exdirector de la CIA William Burns, por entonces embajador de Estados Unidos en Rusia, a la secretaria de Estado de Estados Unidos, Condoleezza Rice, con el título “Nyet significa Nyet”, en el que explicaba con claridad que toda la clase política rusa se oponía contundentemente a la ampliación de la OTAN en Ucrania hasta Rusia y que había que evitarlo para impedir que se desencadenara un conflicto armado. En lugar de evitar una escalada de la tensión en la región, los Estados Unidos derrocaron al presidente de Ucrania e impulsaron la militarización de la región mientras la OTAN mantenía sus planes de expansión y consolidación en los países bálticos y del Este, sabiendo que era una línea roja que alimentaría tensiones e inestabilidad. Todo ello mientras Rusia gestionaba su declive y pérdida de poder como gran potencia que fue en la URSS, reformulando su papel en el siglo XXI y reivindicando un espacio como un nuevo centro de poder en un mundo multipolar.

Al mismo tiempo, Estados Unidos trabajaba para debilitar a la UE, sometida a sus intereses como actor subordinado a la política militar y exterior estadounidense. Los efectos de todo ello es lo que tiene Europa que entender y dar respuesta si quiere estabilidad en su territorio en las próximas décadas.