La extensión del proceso de globalización en las últimas décadas ha coincidido con la generalización de las migraciones en todo el mundo, originando así una dinámica imparable, con amplias repercusiones en la configuración de los sistemas económicos y sociales contemporáneos. Y una de las consecuencias de mayor impacto originadas por estas migraciones masivas son los importantes flujos de remesas de divisas que los inmigrantes envían de forma periódica a sus países de origen, registrando un crecimiento espectacular y contribuyendo con ello aliviar las condiciones de pobreza, al proporcionar cauces financieros de una extraordinaria importancia al margen de las instituciones y mecanismos convencionales, transformando con ello la economía internacional.
Vamos a analizar dos de los sistemas de envíos de remesas informales por inmigrantes, tan usados como desconocidos, muy extendidos entre las comunidades musulmanas y chinas en España: la Hawala y el Chit.
Las remesas informales
Podemos definir las remesas, como los ingresos obtenidos o adquiridos por los inmigrantes que son transferidos a su país de origen, bien sea por canales formales u oficiales, o por canales informales o privados. Por ello, es conveniente distinguir entre las remesas oficiales que se transfieren a través de los canales formales, como bancos y cajas de ahorro, oficinas de correos o compañías remesadoras y que son registradas en las Balanzas de Pagos, tanto de los países emisores como receptores, de aquellas otras remesas informales que son enviadas a través de cauces privados, como amigos, familiares, o son llevados por el propio inmigrante a su país, sin olvidar también otras redes informales que cuentan con una gran tradición en culturas como la musulmana o la hindú, a través de prácticas étnicas como la Hawala, el Hundi, o la Xawilaad. La agilidad del sistema informal viene impulsada por un mecanismo operativo sencillo: se dan instrucciones por teléfono, fax o correo electrónico a los corresponsales y los fondos son recibidos a domicilio en un plazo de 24 horas. Estos procedimientos han estado en el punto de mira de diferentes instituciones, al vincularse a la financiación de organizaciones terroristas, especialmente de Al-Qaeda.
La Hawala musulmana
La Hawala es un sistema de transferencia informal de fondos muy utilizado en el mundo musulmán, a través de proveedores de servicios como los hawaladars, ampliamente extendido en regiones de Asia Meridional y Oriente Medio. El atractivo del Hawala reside en los menores costos de operación, rapidez, poca documentación, más confiabilidad, y el hecho de que es menos burocrático que el sistema financiero formal. Por otra parte, las comisiones cobradas por los hawaladars son inferiores a los del sistema formal, muchas veces extraídas de los diferenciales producidos por el tipo de cambio.
El Chit chino
Otro buen ejemplo de práctica informal de transferencia de remesas es el chot, chit o flying money, sistemas tradicionales chinos pero también usados en otras partes del mundo. El mecanismo es similar al sistema de la Hawala. Un inmigrante que desea enviar fondos a sus contactos en aquel país entra en contacto con alguien a través de un almacén que tome el dinero en efectivo, registrándolo en el libro de registro, y después llama por teléfono a otro negocio en la ciudad del receptor. El cliente, al mismo tiempo, entrará en contacto con los receptores a los que hará saber a dónde deben ir a recoger el dinero en el establecimiento acordado. Los receptores pueden tener que mostrar un chit o símbolo, a modo de contraseña. El establecimiento del contacto entre los agentes del sistema del chot se realiza de una manera similar al sistema del Hawala. Este sistema es usado por la comunidad china en España, si bien, es muy desconocido y hermético.
Los sistemas informales, tales como el Hawala, el Hundi, el chot o el chit tienen que ver a menudo con actividades económicas sumergidas o clandestinas, a pesar de que lo cual, estos servicios se anuncian frecuentemente de forma abierta, especialmente entre los negocios étnicos fuertemente enraizados en los países de acogida entre las distintas comunidades de inmigrantes, tales como bazares, locutorios, supermercados, restaurantes y hal-al.
Se da la particularidad de que las remesas informales no son contabilizadas por las estadísticas oficiales, careciendo en muchos casos incluso de registros escritos, y escapando por tanto, de cualquier posibilidad de conocimiento y cuantificación, a pesar de que según cálculos de algunas instituciones, su volumen podría representar entre el 35% y el 75% de las cifras oficiales de las remesas transferidas.
© Carlos Gómez Gil