Las ciudades son espacios con vida propia que reflejan la complejidad de los procesos que protagonizan las personas que en ellas viven. Las ciudades hablan, nos hablan a través de las palabras registradas en sus calles y en sus edificios, comunicando mensajes que a veces nos pasan desapercibidos. Basta con prestar atención, ver detalles en los que no nos fijamos, para conocer qué pasa en esas ciudades, cómo viven sus habitantes o qué procesos atraviesan sus edificios. Es la semántica social tan particular que las ciudades tienen, contenidas en multitud de detalles.
Hace tiempo me fijé en uno de esos muchos códigos semánticos que están en las calles de la ciudad de Alicante, y que hablaba a voces, habiendo pasado desapercibido. Me refiero a los porteros automáticos de los edificios, esos artilugios que permiten entrar en comunicación con los propietarios de las viviendas y avisar para que nos abran las puertas de los portales.
Estos aparatos tan aparentemente intrascendentes, sin embargo, en la ciudad de Alicante están repletos de vida, como testigos mudos de los edificios y propietarios a los que sirven. Nunca me había dado cuenta de que un objeto tan aparentemente intrascendente fuera, a la vez, tan elocuente, como notarios de épocas y situaciones. Y por ello, desde hace un tiempo, me he dedicado a fotografiar muchos de estos porteros automáticos en diferentes edificios de la ciudad de Alicante.
A lo largo de estos años he fotografiado porteros automáticos sorprendentes, llamativos, espectaculares, cutres, antiguos, añejos, coloridos, vetustos, desvencijados, divertidos, pero todos ellos nos hablan a gritos, nos explican cómo viven muchas personas, el deterioro en el parque de viviendas de la ciudad, la antigüedad de muchos edificios, las malas condiciones de numerosos portales, las dificultades para llegar a final de mes, el abandono en muchas calles y barrios de Alicante. Tienen su lenguaje propio esperando que alguien se detenga a desvelar sus secretos. Puede parecer que son porteros del siglo pasado, de la posguerra, o que son curiosidades históricas sin valor, pero sin embargo, lo que he fotografiado inunda la ciudad, el centro y sus barrios tradicionales, como testimonio mudo de que Alicante vive anclada en el pasado, inmersa en una profunda crisis que parece haber detenido la vida de la ciudad y de sus gentes.
Tengo en proyecto hacer una exposición o un soporte en el que pueda mostrar la totalidad de este trabajo, que se propone hacernos pensar sobre esos indicadores de deterioro urbano y social existentes en nuestras ciudades, y que nos pasan completamente desapercibidos. Mientras llega, quiero mostrarlo en mi Blog, haciendo una pausa en los temas habituales sobre los que vengo reflexionando.
© Carlos Gómez Gil
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¡Todo un símbolo!
Contrastando con los videoporteros de fincas lujosas, será una buena radiografía del alma de la ciudad y de la sociedad.
Enhorabuena Carlos, Estoy deseando ver esa exposición, creo que uno se podría pasar un buen rato en cada imagen pensando en quién hay tras esos nombres, cuántos años llevas ahí o cuántos dedos han pasado por encima de cada timbre.
hahahahahhahaa, really curious, mate !!!
Todo un reflejo de la city! t lo digo yo q he sido comercial puerta a puerta!!!!
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Me han encantado las fotos. Es un trabajo estupendo. Estamos creando una página web relacionada con porteros automáticos y me gustaría poder poner tus fotos, siempre citándote como autor.
Por supuesto, puedes hacerlo! Un saludo!