La llegada de pateras hasta las costas alicantinas en las últimas semanas evidencia un cierto repunte estas migraciones, constituída básicamente por argelinos. Y es que el aumento de la inmigración argelina registrado en los últimos años, con particular incidencia sobre el Levante español, está estrechamente vinculado al empeoramiento de las condiciones de vida y a un crecimiente malestar social en este país. A pesar del despliegue policial y del endurecimiento en las leyes contra la inmigración, la recogida de cadáveres en las costas argelinas, la detención de miles de inmigrantes clandestinos y la llegada de pateras a las costas españolas del Mediterráneo, son testimonios de unas migraciones muy particulares protagonizadas por los llamados “harragas”. Conocer mejor estas migraciones y sus fenómenos subyacentes es la mejor manera para abordarlas adecuadamente y poder articular así una mejor respuesta.
Aunque Marruecos ha venido centrando en gran medida las relaciones diplomáticas, económicas y migratorias con España, existen poderosas vinculaciones desde hace casi dos siglos con Argelia, y en concreto de su región más occidental del Oranesado con el sureste de la península ibérica, que han tenido una especial significación en las últimas décadas sobre el levante español, y particularmente con Alicante. La cercanía física entre Argelia a través de Orán y España por medio de Alicante ha alimentado relaciones intensas en el pasado que se han mantenido hasta la actualidad, con un componente bidireccional y una intensidad difícil de encontrar entre otras ciudades de España y el extranjero.
La vuelta de los ayuntamientos democráticos en los años 80 lleva a firmar un convenio de hermanamiento entre Orán y Alicante en 1985, si bien, la conexión marítima permanente entre Orán y Alicante ha facilitado los contactos y sobre todo la movilidad de los argelinos hacia el Levante y de camino a Europa. Todo ello ha permitido intercambios humanos, económicos y comerciales muy intensos entre el Levante y el Oranesado, facilitando la llegada de argelinos y el establecimiento de redes migratorias muy precisas e intensas, que se mantienen hasta la actualidad. Por tanto, la llegada de inmigrantes argelinos hasta el Levante español y un cierto auge en la llegada de una inmigración clandestina a esta región tienen que verse como la consecuencia lógica de una relación estrecha entre ambos lugares, pero también como un síntoma del malestar creciente que vive la población argelina hacia su país y sus autoridades.
Evolución de los inmigrantes argelinos en la última década
Para conocer la evolución y el comportamiento de los inmigrantes argelinos en España, en la Comunidad Valenciana y en Alicante es necesario recurrir al conocimiento de las cifras oficiales de población empadronada en la última década.
En su conjunto, y considerando los últimos diez años, el crecimiento de la población argelina en el conjunto de España, en la Comunidad Valenciana y en cada una de sus tres provincias ha evolucionado de forma desigual, pudiendo afirmar que se está produciendo una cierta reconfiguración residencial. Así, mientras, que en el conjunto de España, el crecimiento de la población argelina ha sido del 62,4% en la Comunidad Valenciana, este crecimiento se eleva hasta el 79% en la última década. Sin embargo, la evolución en cada una de las tres provincias es muy desigual, ya que mientras que en Valencia, una provincia con una presencia histórica muy importante de argelinos, descienden hasta el 38,9%, en las otras dos provincias, Castellón y Alicante, el crecimiento de argelinos es superior al registrado en España, del 73,9% en Castellón y notablemente superior en Alicante, al llegar hasta el 118,2%. Resulta incuestionable el papel de la provincia de Alicante como núcleo de atracción de población argelina en estos momentos, algo que se subraya todavía más si vemos los datos de la capital alicantina, que ha experimentado un aumento del 258,9% en los ciudadanos argelinos empadronados en la última década, hasta el año 2013. Alicante se reafirma en estos momentos como la provincia y la ciudad que ejercen el papel de núcleo de atracción residencial para argelinos en España.
Queda, por tanto, fuera de toda duda la importancia de la ciudad de Alicante, tanto por el continuado crecimiento de argelinos residentes en la ciudad, como por ser un núcleo de atracción de primer orden en el conjunto de España. Por sí sola, esta ciudad reúne el 43,2 % de toda la comunidad argelina de la provincia, y el 24% de todos los argelinos residentes en la Comunidad Valenciana. Tengamos en cuenta que en la ciudad de Alicante habría casi el doble de argelinos empadronados que en toda la provincia de Castellón, y una cifra ligeramente inferior a los que hay en toda la provincia de Valencia. Así las cosas, los argelinos empadronados en la ciudad de Alicante se han multiplicado prácticamente por 10 en la última década, mientras que en el conjunto de España y en la Comunidad Valenciana lo han hecho por 5, es decir, la mitad.
Por tanto, el crecimiento de la población argelina que se ha venido registrando en la última década se interrumpió entre 2006 y 2007, debido posiblemente a las expectativas de mejora económica, social y de seguridad que experimentaba el país, para volver a remontar nuevamente con fuerza el año siguiente hasta la actualidad. Se produce, por tanto, un importante repunte de la inmigración argelina sobre España, y particularmente sobre Alicante a partir de 2008 que se mantiene hasta la actualidad.
Estos datos se ven también confirmados si analizamos la evolución de la línea de pasajeros Alicante-Orán en la útima década, con un volumen de pasajeros que se sitúa en torno a los 200.000 cada año, aunque con oscilaciones, habiéndose vivido el máximo de la década en el año 2010, con 232.478, y el mínimo en 2005, con 195.153. Sin embargo, de ellos, los que se sitúan en la Operación Paso del Estrecho vemos que han sufrido un notable descenso del año 2008 al 2009, como consecuencia sin duda del impacto de la crisis sobre los trabajadores argelinos europeos.
Razones para el aumento de inmigración argelina
Así las cosas, la llegada periódica en los últimos años de embarcaciones de distinta naturaleza con ciudadanos argelinos sobre diferentes lugares del Mediterráneo, especialmente Alicante, Almería, Murcia, Mallorca, así como en las costas de Cerdeña, en Italia, ha puesto en el primer plano de la actualidad la posibilidad de que se esté produciendo un repunte de la inmigración argelina hacia Europa, y en particular hacia las costas españolas del Mediterráneo más próximas a las costas de este país.
Efectivamente, a partir de 2006, la inmigración se ha convertido en una obsesión colectiva entre los jóvenes argelinos. La causa de ello hay que buscarla en el empeoramiento de las condiciones de vida en un país rico en recursos naturales y reservas económicas derivadas de los ingresos procedentes del petróleo y del gas natural. De hecho, aún en los años más duros de la crisis mundial que vivimos, la economía argelina ha venido creciendo con tasas superiores al 3%, mientras que las condiciones de vida de sus habitantes no ha dejado de empeorar.
Hasta 2006, la inmigración irregular de los argelinos se realizaba a través de las costas de Marruecos, si bien, el cierre que realizaron las autoridades argelinas por medio de una impermeabilización de las fronteras y la creación de fuerzas especiales para vigilarlas a partir de ese año, lleva a que desde entonces, los inmigrantes argelinos que llegaban hasta Europa cruzando el Estrecho desde Marruecos, tengan que hacerlo directamente desde las costas argelinas, por medio de frágiles embarcaciones con las que cruzar el Mediterráneo y dirigirse hacia los puntos más cercanos de las costas del Levante español.
Pero los “harragas” (nombre que reciben los emigrantes irregulares en Argelia) se han convertido en un auténtico revulsivo para el orgullo nacional de Argelia, al poner de manifiesto las carencias y deficiencias del país, por lo que el Gobierno argelino se ha volcado en reprimirlo a través de la Marina Nacional, la Gendarmería y la Policía. Se estima que unos 16.000 policías se han destinado a vigilar las costas del país. Un país cuyo orgullo nacional es un importante activo para mantenerse como líder regional, considera que es una humillación y un reconocimiento de su fracaso que los jóvenes quieran escapar de un país con una economía excedentaria a través de la riqueza de los hidrocarburos. De hecho, en fechas recientes el diario El Watan titulaba de forma elocuente, “Argelia, tus hijos huyen de ti”, recogiendo una realidad social incontestable.
Sin embargo, los indicadores más dramáticos sobre la gravedad de este problema en el país vendrían de la mano de las personas que puedan fallecer en el intento. Aunque siempre es muy difícil obtener cifras aproximadas, fuentes oficiales del Gobierno argelino reconocen que en el año 2010 habrían recogido los cadáveres de más de 70 personas que intentaban salir del país, mientras que en 2011 esta cifra se elevaba a 83. De hecho, en el año 2013 fueron arrestados 2.043 inmigrantes clandestinos solo en la región occidental, incluyendo Orán, frente a los 1.485 arrestados en 2012 en la misma zona, lo que representa un aumento del 37% en un solo año. También se viene registrando un aumento en la presencia de argelinos que tratan de cruzar las fronteras de Ceuta y Melilla. Estamos ante un fenómeno que, lejos de remitir, sigue en aumento.
Unas migraciones muy particulares
Sin duda, una parte importante de los inmigrantes tratan de realizar la travesía empleando grandes sumas de dinero en comprar alguna barca de goma, encargando alguna barca de madera e incluso comprando algún viejo pesquero apartado para ser desguazado. Pero muchos de ellos son detenidos en las costas del país antes de poder realizar el viaje, para lo cual, se han creado leyes que criminalizan la inmigración, como la que acordó perseguir el delito de inmigración clandestina, aprobada por el Gobierno en septiembre de 2008, siendo especialmente severa con los menores inmigrantes.
El control que el país quiere ejercer contra la inmigración irregular ha llevado a que desde el Gobierno se pida a la población que denuncien a todas aquellas embarcaciones sospechosas. Incluso se ha recurrido a los clérigos musulmanes para que emitan una fetua (edicto islámico) declarando como pecado la inmigración irregular, intentando con ello contener a los “harragas”.
Pero nada de esto ha detenido las esperanzas de muchos jóvenes argelinos a salir del país, como demuestran las embarcaciones que han llegado en los últimos años a las costas mediterráneas próximas a Argelia en Alicante, Murcia, Almería, Mallorca y también la isla de Cerdeña. De hecho, a esta isla italiana se han llegado a recibir embarcaciones de hasta 50 personas, algo que todavía no ha sucedido en las costas españolas, donde las embarcaciones llegadas son, hasta la fecha, mucho menos numerosas.
Sin embargo, desde 2007 hasta 2013 un total de 43 pateras con 435 inmigrantes llegaron hasta las costas de Alicante, en un fenómeno novedoso protagonizado por inmigrantes argelinos clandestinos. Pero aunque la distancia de las costas españolas con las argelinas pueda parecer escasa, la travesía es mucho más dura de lo que se imagina, en un mar que cambia de estado con mucha facilidad.
Ahora bien, la mayor parte de los desembarcos que se han detectado en las costas del Levante, y especialmente en las costas alicantinas, no reúnen las características de inmigrantes a bordo de pateras, que han protagonizado travesías duras de varios días, ni han llegado con embarcaciones ni en las condiciones propias de quienes han estado en el mar en condiciones extremas, como desgraciadamente vemos con frecuencia en las costas andaluzas o Canarias. Hasta tal punto que se han llegado a interceptar embarcaciones de juguete, con inmigrantes en perfecto estado de aseo y vestimenta, portando en el caso de algunas mujeres, joyas visibles que no es compatible llevar en un viaje de estas características.
Todo ello parece evidenciar que la inmigración argelina que se ha venido registrando hasta la fecha, especialmente sobre las costas de Alicante pueda estar protagonizada por barcos nodriza, que realizan el reclutamiento de sus candidatos en los propios puertos argelinos, posiblemente contando con la connivencia de algunas autoridades, para después, al aproximarse a las costas de Alicante (o de Murcia y Almería) dejar a estas personas en barcas de condiciones muy precarias para que puedan aproximarse así sin problemas hasta la costa.
Ahora bien, el hecho de que estos inmigrantes que tratan de desembarcar en nuestras costas sean fácilmente interceptados y se les aplique de forma inmediata la Ley de Extranjería con el consiguiente procedimiento de expulsión, que en el caso de los argelinos suele hacerse de forma bastante rápida, o incluso el hecho de que aquellos otros que puedan llegar hasta la costa sin que sean interceptados por las fuerzas de seguridad, no tengan ninguna oportunidad de obtener papeles y regularizar su situación, lleva a suponer que estos inmigrantes son víctimas de organizaciones criminales que trafican con ellos, e incluso que puedan aprovecharse de estas personas para, por medio de estas grandes embarcaciones, realizar otras actividades criminales relacionadas con el tráfico de drogas. De hecho, sobre estas costas son frecuentes los desembarcos y aprehensiones de grandes alijos, en fechas coincidentes con la llegada de estos inmigrantes, e incluso en algún caso, algunas de estas embarcaciones con inmigrantes argelinos portaban alijos que han sido interceptados por las fuerzas de seguridad.
Sin embargo, el número de inmigrantes argelinos que protagonizan estas llegadas hasta las costas del Mediterráneo son un número muy pequeño en relación al conjunto de la inmigración argelina, siendo sin duda los desesperados entre los desesperados, cabezas de turco de organizaciones que trafican con ellos. Es así que la entrada en vigor operativo del SIVE (Sistema Integrado de Vigilancia Exterior) en las costas de Alicante, ha reducido a una única embarcación las pateras de argelinos llegadas hasta las costas alicantinas en el año 2013, detectada junto a las costas de Torrevieja, frente a las 14 que lo hicieron en 2009. Aunque es cierto que se ha producido un cierto desplazamiento en la llegada de estas embarcaciones hacia provincias que no tienen instalado este sistema de radares, como las costas de Murcia, donde en el año 2013 se produjo un aumento en la llegada de pateras con “harragas”.
Algunas consideraciones finales
- La inmigración argelina ha repuntado en los años recientes como consecuencia de un proceso de malestar social que no parece coyuntural, sino estructural. Por ello, mientras desde el propio país no se trabaje por aliviar y eliminar las causas de este malestar social, de ausencia de horizontes vitales y mejora de las condiciones de vida, los jóvenes argelinos seguirán pensando que la inmigración hacia España es una válvula de escape a esta insatisfacción.
- A la luz de todo ello, no parece que la incipiente inmigración argelina se vaya a detener o frenar de forma espontánea si no hay un cambio en los factores que la estimulan en el país de origen, es decir, en Argelia. Sin embargo, la estrategia de trabajar con las comunidades de argelinos establecidas entre nosotros para que difundan en sus zonas de origen la inviabilidad de una inmigración irregular desesperada, podría proporcionar resultados positivos en el corto plazo.
El autor trató de obtener sin éxito datos de inmigrantes argelinos ingresados en los CETI de Ceuta y Melilla, siendo informado de que esos datos no se proporcionaban. Al mismo tiempo, también trató de obtener de las Delegaciones del Gobierno de Murcia y Andalucía, datos de pateras llegadas hasta sus costas y argelinos embarcados en las mismas, sin que tampoco hayan sido atendida estas peticiones de datos.
Este post forma parte de un informe más amplio realizado por el autor para el Observatorio Permanente de la Inmigración de la UA. Si deseas en informe completo, ponte en contacto con el autor.
Muy interesante y didáctico. Muchas gracias Carlos Gómez Gil.
Gracias a ti, Fernando!