Comercio justo

37008223-CB8E-46EB-86E6-46D4D71CF910

Si el “comercio justo” se abre paso con fuerza en todo el mundo es porque se tiene la certeza de que existe otro comercio que podríamos llamar injusto, generador de importantes desequilibrios económicos, sociales, ecológicos y financieros a nivel global. Precisamente por ello, a mediados del siglo XX, se extendió la idea de que, a través de unas relaciones comerciales más justas y respetuosas, se podría mejorar la vida de muchos productores, campesinos y población local en los países del Sur, al tiempo que se avanzaría hacia condiciones laborales más dignas y un mayor respeto del medio ambiente. Se trata así de caminar hacia un cambio en las reglas del comercio internacional, facilitando el acceso al mismo de los productores más desfavorecidos, permitiendo que puedan vivir con mayor dignidad de su trabajo y de esta forma luchar contra la pobreza y la desigualdad.

El comercio justo no es solo un sistema alternativo para productos locales en países y comunidades desfavorecidas, sino que es una herramienta que tenemos en nuestras manos para generar cambios significativos en algunos de los problemas más relevantes del desarrollo global por medio de la compra de bienes y productos cotidianos, introduciendo en esas adquisiciones criterios sociales, ambientales, de género y de respeto a los derechos humanos. Es una forma muy precisa de promover con nuestro comportamiento y nuestras decisiones inmediatas cambios significativos y apreciables que pueden tener una influencia positiva para un buen número de personas.

Sigue leyendo