
El resultado de las pasadas elecciones locales y autonómicas ha generado un movimiento sísmico estructural en todo el sistema político del Estado de tal intensidad que se suceden los acontecimientos y decisiones, sin apenas capacidad para el análisis y la reflexión. Sin embargo, la profundidad de los cambios que se están viviendo exigen, más que nunca, un diagnóstico acertado, y con un trazo muy fino, para evitar que se instale la confusión, el mejor escenario para oportunistas y salvapatrias.
Al igual que sucede con los terremotos, el resultado de estas elecciones demuestra que se ha liberado, de manera explosiva, una formidable energía acumulada en la sociedad en los últimos años, alimentada por la generación de un clima irrespirable por parte de la derecha extrema y la extrema derecha en España, que han trabajado de manera infatigable para deslegitimar y calumniar sistemáticamente al Gobierno y a los partidos que lo integran, sin dejar en ningún momento de difundir, de todas las maneras posibles, barbaridades y mentiras.
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