Repensar nuestro turismo

A lo largo de todo el mundo, y también en España, se extiende un clamor a favor de repensar a fondo el modelo turístico de masas. Importantes ciudades turísticas están poniendo freno a la expansión de alquileres turísticos, como ha hecho Nueva York, limitando la apertura de nuevos hoteles para priorizar la calidad de vida de los habitantes en lugar de las ganancias privadas a corto plazo, como ha llevado a cabo Ámsterdam, o incluso aprobando una tasa a cada visitante que permanezca un solo día en su ciudad, como acaba de hacer Venecia.

Pero también en España crece por momentos una ola de malestar y descontento hacia un turismo masificado y descontrolado por el que están apostando numerosas ciudades y comunidades al erosionar la convivencia en los municipios, expulsando a sus vecinos al convertir las viviendas en productos turísticos especulativos, destruyendo el comercio tradicional, dañando lugares queridos y barrios tradicionales, mientras se pone en peligro la sostenibilidad y se destruyen los espacios vitales para vivir.

Sigue leyendo

Giro migratorio

En el inicio del nuevo año, el debate migratorio está ocupando un papel muy importante, anunciando que se va a convertir en uno de los asuntos estrella en numerosos países y gobiernos del mundo en coincidencia con la convocatoria de numerosas citas electorales que este año se celebrarán, desde el Parlamento Europeo, hasta Estados Unidos, Reino Unido y Alemania, por señalar algunos casos.

Por un lado, la multiplicación de guerras y conflictos sangrientos en diferentes lugares del mundo está elevando de manera significativa el número de refugiados, desplazados internos y solicitantes de asilo, superando por vez primera los 103 millones de personas en 2022, un 15% más que el año anterior. Contrariamente a la creencia extendida, el grueso de esos solicitantes son acogidos por países de renta baja o media, un 83% del total según datos de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

Pero al mismo tiempo, la crisis climática está impulsando con fuerza un nuevo tipo de migraciones ambientales que está creciendo año a año de manera imparable, ascendiendo a más de 32 millones de personas también en 2022, atendiendo a las cifras recogidas por el Centro Internacional de Monitoreo del Desplazamiento (IDMC).

Sigue leyendo

Calidad de vida con enfoque ecosocial

Los investigadores sociales llevamos dedicando importantes esfuerzos a comprender qué significa vivir bien, qué es tener calidad de vida y cómo acceder a expectativas más saludables. Durante años, se ha creído que tener y consumir era la manera de disfrutar de una buena vida, de manera que los indicadores económicos han condicionado el acercamiento a estas cuestiones. Es así como la crítica a las teorías y modelos de desarrollo junto a los paradigmas sobre el bienestar han marcado, a lo largo del tiempo, la manera de conocer esta mejor manera de vivir y disfrutar de la vida.

Pero con el tiempo, han avanzado nuevos enfoques multidisciplinares que ayudan a saber mejor qué significa vivir bien en un contexto ecosocial, un marco analítico imprescindible hoy en día en sociedades cada vez más complejas en las que las personas necesitan de buenos ecosistemas sociales y medioambientales, que podríamos denominar enfoques “post PIB”. Su propósito es aportar información diferencial pormenorizada sobre el modo de vida de la sociedad española para conocer su calidad, sus disfunciones y riesgos. Es una manera de trascender las simples magnitudes estadísticas para profundizar en razones filosóficas, causas históricas, explicaciones sociológicas y elementos antropológicos, con frecuencia ausentes en estos trabajos pero fundamentales para comprender mejor la batería de datos que proporcionan estos estudios.

Sigue leyendo

¿El fin de qué abundancia?

Afirmaba el presidente Macron hace pocos días, de manera solemne, en rueda de prensa tras la celebración del Consejo de Ministros, que había llegado “el fin de la abundancia”. Una declaración tan grandilocuente, realizada en un momento histórico como el que vivimos, suena al aviso de llegada de una catástrofe, cuando se hace en medio de una guerra a las mismas puertas de Europa, hablando de cortes de energía y posibles racionamientos disfrazados de “medidas de ahorro”, con un encarecimiento de productos básicos muy por encima de lo que pueden soportar familias y trabajadores, ante dificultades para abastecernos de energía y redistribuir la que tenemos entre todos los países europeos, cuando sufrimos problemas de suministro de materias primas y bienes esenciales, ante empresas que tienen que cerrar y familias que comienzan a acaparar leña ante un invierno repleto de incertidumbres.

Pero alguien debería de haber preguntado al presidente Macron de qué abundancia hablaba, porque para millones de europeos, sacudidos por la Gran Recesión generada durante la gigantesca crisis financiera que a duras penas pudieron mantenerse a flote no ha habido abundancia, sino pura supervivencia, por no hablar de los millones de trabajadores y desempleados más que también se han visto golpeados por los efectos económicos y sociales de la pandemia de COVID-19, cuyas consecuencias todavía perduran en algunos sectores. El conjunto de la clase media europea vive con lo justo, endeudada y trampeando como puede para salir adelante, mientras se explica que hay que gastar miles de millones de euros para enviar armas para la guerra de Ucrania, se anuncia pobreza, racionamientos, inflación desbocada, cierre de empresas y dificultades para el suministro energético.

Sigue leyendo

La indignidad de negar el cambio climático

Mientras los incendios avanzan, las temperaturas alcanzan un año más máximos históricos y el agua del mar se vuelve puro caldo, surge a nuestro alrededor un nuevo negacionismo, que se suma a otros muchos que llevan tiempo poniendo en cuestión cualquier decisión basándose en puros disparates de barra de bar. En este caso, durante el verano ha irrumpido con fuerza negar cualquier atisbo de calentamiento climático, algo que está siendo utilizado sin ningún sonrojo por sectores de una derecha rancia, casposa y ultramontana que piensa que todo vale como munición partidista a la hora de atacar a sus enemigos políticos, aunque alimenten las llamas de la ignorancia y esparzan venenosas semillas de discordia.

Así lo afirmó el consejero de Presidencia, Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid del PP, Enrique López, al declarar: “decir de forma frívola que el cambio climático mata no es propio de alguien que se digne a ser presidente del Gobierno en España”, en respuesta a unas declaraciones efectuadas por el presidente del Ejecutivo central, Pedro Sánchez, en su visita a una de las zonas afectadas este verano por destructores incendios forestales, en Casas de Miravete, Extremadura. Claro que tampoco nos puede extrañar, cuando los responsables políticos de la Comunidad de Madrid han eliminado el concepto de “crisis climática” de sus programas educativos.

Sigue leyendo

La fatiga de Europa ante un verano inquietante

Pocos veranos han sido tan extraños como el que vivimos este año los europeos. Con una guerra a nuestras puertas, tratando de recuperar las vacaciones tras vivir los dos últimos años atenazados por la pandemia, viendo a nuestro alrededor como muchos conocidos siguen cayendo contagiados como fichas de dominó, con una escalada inflacionista que ha llevado los precios de alimentos esenciales a niveles de artículos de lujo, escuchando avisos continuos de que el próximo invierno será muy duro e incluso podremos pasar frío por el corte del suministro de gas desde Rusia, padeciendo los efectos inequívocos de un cambio climático que está afectando a nuestras vidas y acelerando la quema de nuestro valioso patrimonio forestal, con un cansancio en la sociedad que empieza a tener costes visibles y acelerar situaciones de inestabilidad.

Ante un futuro tan inquietante, miremos donde miremos, solo nos queda vivir el presente. Es así que este verano lo vivimos como si hubiéramos subido a la cubierta del Titanic para bailar y beber, ajenos a esos icebergs que asoman por el horizonte. Y no es para menos. Hacía tiempo que la sociedad no acumulaba tanto sacrificio y dolor continuado, desde que en 2008 comenzó una gigantesca recesión mundial de la mano de una crisis económica y financiera de dimensiones cataclísmicas. Y cuando parecía que recuperábamos el aire, que abandonábamos tanto sufrimiento, nuevas catástrofes asoman por el horizonte sin darnos un respiro.

Sigue leyendo

Brecha digital que empobrece

Son muchos los estudios e investigaciones que se están llevando a cabo para determinar la huella que la pandemia ha generado en nuestra sociedad en términos de pobreza, exclusión y desigualdad. Se trata de conocer las consecuencias desencadenadas sobre las condiciones de vida de la población que, con mayor crudeza, ha sufrido estos meses tan duros, saber cómo ha afectado a la vida de personas y familias, evitando que haya sectores que se queden excluidos, marginados y apartados de la ansiada recuperación económica y social.

Entre los muchos datos que investigadores y centros de estudios manejamos, destaca con fuerza un elemento que en esta pandemia ha jugado un papel clave sobre la población más vulnerable en su acceso a ayudas y dispositivos sociales, e incluso por su papel fundamental para la inclusión social y la educación de sectores tan importantes como los niños, niñas y adolescentes (NNA). Nos referimos a la profunda brecha digital que se está abriendo en numerosos hogares y grupos de personas, particularmente los más pobres y vulnerables, convirtiéndose con rapidez en un factor de exclusión añadido de primer orden.

Sigue leyendo

Hablemos del Antropoceno

Atravesamos un momento sin precedentes en la historia de la humanidad y de la naturaleza, en el que la magnitud de los desequilibrios y transformaciones que se están produciendo nos está adentrando en un período incierto para todo el planeta. De hecho, la pandemia de covid-19 es una de las consecuencias aterradoras de muchos de esos desequilibrios, con interacciones novedosas sobre los ecosistemas locales que han llevado a la propagación de virus mortales, extendidos con rapidez en un mundo plenamente interconectado, para lo bueno y para lo malo.

Pero mientras hemos dedicado nuestra atención y energías a frenar el avance y el impacto de la pandemia, diferentes crisis preexistentes han seguido avanzando. Pensemos en cómo se están batiendo todos los récords de aumentos y variaciones de temperaturas en todo el mundo, con una temporada de huracanes en el Atlántico nunca antes vista ni en el número ni en la intensidad de los fenómenos registrados, con enormes incendios en zonas clave del planeta propagados por las alteraciones climáticas, con sequías, plagas y sucesos atmosféricos extraordinarios por todo el mundo, mientras los glaciares y casquetes polares desparecen y una cuarta parte de las especies están en riesgo de extinción en las próximas décadas.

Sigue leyendo