Estados Unidos y su guerra política contra Europa

Por primera vez en la historia, un documento oficial elaborado desde el Gobierno de los Estados Unidos tan solemne como es la “Estrategia de Seguridad Nacional”, con la firma del presidente Donald J. Trump, plantea con claridad la guerra política contra la Unión Europea y sus estados miembros para luchar contra su existencia, apoyando para ello a la extrema derecha europea. Y lo hace sin miramientos, a través de un panfleto grotesco de apenas veintinueve páginas, repleto de bravuconadas hiperbólicas y soflamas simplistas que parecen recogidas de esas cuentas sobreexcitadas que tanto abundan en las redes sociales. Nada que ver con la reflexión teórica y la profundidad metodológica que exigen las relaciones internacionales, como analizaron algunos de sus impulsores, como Hans Morgenthau, Robert Keohane o Hans Kelsen.

La nueva administración norteamericana, repleta de políticos inexpertos y visionarios, no ha dejado de humillar a Europa desde el minuto uno de su mandato, como dejó patente en febrero de este año en la Conferencia de Seguridad de Múnich el vicepresidente J.D. Vance, al lanzar un durísimo e insólito ataque contra las democracias europeas. Desde entonces, todo han sido desprecios y desplantes en una magnitud nunca vista en las relaciones internacionales que han sido respondidas con sumisión y complacencia humillante por las autoridades europeas. Así ocurrió durante la vergonzosa reunión en Escocia entre el presidente Trump y la presidenta de la Comisión, Úrsula von der Leyen, que pareció una capitulación en toda regla de la UE a los caprichos arancelarios de la Casa Blanca, imponiéndonos, además, comprar gas a Estados Unidos por valor de 750.000 millones de dólares, inversiones europeas en ese país por otros 600.000 millones, además de la adquisición masiva de material militar estadounidense.

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