Kitty Genovese en nuestras ciudades

Los árboles no pueden impedir que veamos el bosque que tenemos delante de nuestros ojos. Mientras seguimos enzarzados en analizar el impacto de lo sucedido tras las pasadas elecciones autonómicas y municipales, en medio de la inminente convocatoria de elecciones generales de julio, no podemos dejar de reflexionar, a su vez, sobre la manera de mejorar nuestras vidas y nuestra convivencia. Porque la política no va, únicamente, de políticos y de sus partidos, por relevantes que éstos sean y como a veces puede parecer, sino especialmente de las propuestas, medios e instrumentos para hacer entre todos que la sociedad avance y los ciudadanos puedan disfrutar de una mejor vida.

Lo explicó hace ya tiempo, allá por el año 431 a.C. en su discurso fúnebre Pericles en el cementerio del cerámico en Atenas, como recogió el historiador Tucídides, en uno de los más altos testimonios de cultura y civismo que nos haya dejado la antigüedad. En este discurso, se señalaba: “Los individuos pueden ellos mismos ocuparse simultáneamente de sus asuntos privados y de los públicos; no por el hecho de que cada uno esté entregado a lo suyo, su conocimiento de las materias políticas es insuficiente. Somos los únicos que tenemos más por inútil que por tranquila a la persona que no participa en las tareas de la comunidad.”

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