Dinámicas migratorias mundiales

No hay duda de que las migraciones se han convertido en una de las preocupaciones fundamentales en todo el mundo, ocupando un espacio creciente en las disputas políticas y en las inquietudes sociales de buena parte de países. La recuperación experimentada tras la pandemia global ha impulsado el movimiento de personas ante la demanda de trabajadores, tanto en las comunidades de origen, como de tránsito y destino, al tiempo que también se han multiplicado los conflictos, guerras y barbaries en diferentes lugares del mundo que se han cebado sobre la población civil. El genocidio en Gaza y la crisis en Oriente Medio, la guerra en Ucrania y los numerosos conflictos abiertos en África han obligado a millones de personas a desplazarse para buscar seguridad, estimándose en más de 110 millones, según Naciones Unidas, la cifra más elevada desde la Segunda Guerra Mundial.

A lo largo de 2024, más de 2.000 millones de personas fueron convocadas a las urnas en numerosos países para renovar sus gobiernos, con el denominador común de tener las migraciones y a los inmigrantes como uno de los principales ejes de campaña, siendo uno de los factores más importantes de enfrentamiento político, utilizándose insistentemente para generar división, alarma y enfrentamientos en la sociedad, a veces con perfiles violentos.

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Elevar el debate sobre las migraciones

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Si algo necesitan las migraciones es de un exquisito rigor, un amplio conocimiento de su realidad en línea con los múltiples elementos que intervienen en las mismas, junto a un abordaje respetuoso con la extrema complejidad que plantean, justamente lo contrario de como habitualmente son utilizadas por responsables políticos e institucionales. Hasta el punto de convertir a la inmigración en uno de los ejes centrales de confrontación para los partidos de extrema derecha en todo el mundo, arrastrando a otras fuerzas de derecha a incorporar buena parte de su ideario incendiario, mientras no deja de generarse en la sociedad un ruido ensordecedor, repleto de odio, mentiras y falsedades, que no ayuda a comprender e intervenir adecuadamente en esta materia.

Así las cosas, el debate público sobre la inmigración responde a la agenda oportunista que los partidos van marcando en función de sus intereses, en lugar de impulsar una pedagogía social rigurosa basada en el conocimiento y la comprensión de un fenómeno tan multidimensional. Dicho de otra forma, ante la inmigración, se prefiere rentabilizar electoralmente el exabrupto y crear alarma social, en lugar de dedicar tiempo a saber qué características e implicaciones tienen los desafíos que se plantean. De esta manera, con frecuencia son los políticos quienes convierten a la inmigración en un problema en la sociedad, generando debates y polémicas que la gente no siente como prioritarios, algo que se ha podido ver habitualmente analizando los barómetros sociales que publica el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).

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Tendencias migratorias

A medida que las migraciones se han convertido en uno de los factores de enfrentamiento político, utilizado con demasiada frecuencia para generar división en la sociedad, son numerosas las instituciones, centros de investigación y académicos que dedican importantes esfuerzos a comprender mejor las causas, consecuencias e impactos de uno de los componentes fundamentales de la humanidad a lo largo de su historia.

Cuando todos los países trabajan para avanzar hacia una necesaria recuperación económica y social que permita superar las diferentes y profundas crisis que la pandemia ha arrojado sobre nuestras vidas, existe una importante preocupación por conocer cuáles van a ser los cambios que se han producido sobre los movimientos migratorios globales y restaurar la circulación de personas y trabajadores, fundamentales para un correcto funcionamiento de nuestras economías y sociedades. De hecho, comienzan a surgir voces que alertan en toda Europa sobre la necesidad urgente de contar con trabajadores extranjeros en países y sectores clave, en la medida en que el declive demográfico y los reajustes en la población laboral impedirán un normal funcionamiento de la economía de no contarse con estas personas.

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