Los saharauis esperan

En los últimos meses, se vienen sucediendo noticias llamativas en torno al norte de África que tienen a Marruecos como protagonista. Este país, que siempre ha llevado a cabo una política exterior extraordinariamente agresiva y provocadora, no está dudando en ampliar las tensiones en su área de influencia, tratando de utilizar todos los medios que tiene a su alcance.

​A la continua llegada de pateras hasta las Islas Canarias procedentes de las costas marroquíes, se suman varios incidentes protagonizados por aviones de su Real Fuerza Aérea que han hecho incursiones deliberadas en el espacio aéreo de España, junto a la anexión unilateral de aguas cercanas al archipiélago canario en litigio, que han pasado a ser consideradas de su propiedad como adscritas a su Zona Económica Exclusiva (ZEE), para lo cual ha ampliado el alcance de las 200 millas que reconocen los tratados internacionales a las 350 actuales, publicando tal anexión en su Boletín Oficial del Reino en plena pandemia, en el mes de abril. Al mismo tiempo, Marruecos mantiene cerradas sus fronteras con España, con la excusa del coronavirus, habiéndose negado a admitir la entrada de trabajadores marroquíes desde nuestro país, mientras no ha parado de reclamar millonarias ayudas de la UE para el control de sus fronteras, a la vez que ha anunciado la compra de armamento ultramoderno por cantidades muy elevadas a los Estados Unidos, como avanzados drones y aviones de combate F-35, emprendiendo diferentes incidentes militares al violar la zona de exclusión de Guerguerat, que conecta el Sáhara Occidental con Mauritania, declarada como desmilitarizada mediante acuerdo firmado con las Naciones Unidas por el Reino de Marruecos y el Frente Polisario.

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