Las colas del hambre

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Un año más, a lo largo de estos días se está llevando a cabo una gran operación en toda España para la recogida de alimentos promovida por la Fesbal (Federación Española de Bancos de Alimentos), que para esta edición se ha propuesto superar los 450.000 kilos obtenidos el pasado año. Como bien señala el obispo emérito de Brasil, PedroCasaldáliga, el hambre no espera y lo primero que hay que hacer con el que tiene hambre es darle de comer. Después vendrá todo eso de la caña, pero sobre todo explicarle que el río es suyo.

Pocas cosas hay en la vida tan importantes como la alimentación, hasta el punto que nuestra vida y evolución han dependido de la capacidad para disponer de comida suficiente para nosotros y los nuestros, allí donde nos encontremos. Sin embargo, a pesar de los formidables avances en la producción de alimentos, el hambre ha estado siempre presente en la historia de la humanidad, hasta llegar a cuantificar con pasmosa normalidad el número de personas que la sufren, como cuando contamos el número de poseedores de teléfonos móviles o de automóviles.

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Tragando rabia por tanto dolor

Recogida de Alimentos

Nuestra ciudad tiene mucha gente que no entiende de economía y que está cada vez más asqueada de una política que les empobrece más y más. Sin embargo, esa misma gente sufre por ver a su alrededor tanto dolor injustificado en forma de paros y despidos, de madres con dificultades para alimentar a sus hijos, sabiendo de casos de personas a las que el banco les ha quitado la casa. Personas como Carmen, que vive en San Blas con un marido en paro , sobreviviendo gracias al raquítico subsidio familiar, con un hijo trabajando en el extranjero y una hija que este año solo ha podido matricularse de dos asignaturas en la universidad porque el dinero no les llega.

Pero Carmen, como tantas otras personas de bien, ha querido ir al súper de su barrios para colaborar modestamente con la recogida de alimentos que se ha hecho en toda España este fin de semana. Ella no ha podido dar mucho, apenas unos paquetes de macarrones y arroz que necesita casi más para su casa, pero es la forma que tiene de ayudar, de demostrar su cariño a tanta gente que no tiene ni para comer y que dependen de los bancos de alimentos, de las ONG y los comedores sociales para salir adelante, abandonados como están por un Gobierno preocupado únicamente por mentir y justificar sus implicaciones judiciales en tantos casos de corrupción.

En el fondo. Carmen tampoco entiende de política, bastante tiene con sacar a su familia adelante. Pero sabe que tanta pobreza, tanto sufrimiento y dolor como ve a su alrededor no son buenos.

Y aunque Carmen traga muchas lágrimas en silencio al ver a su marido desesperado, sabiendo que su hijo se ha tenido que ir a trabajar fuera, preocupada por una hija que no sabe si podrá terminar su carrera, Carmen confía en que si llega a necesitar algún día macarrones o arroz, habrá otras muchas cármenes que le ayudarán a comer. Aunque sea conteniendo toda esa rabia que nos están haciendo tragar por tanta vida como nos están robando.

Punto de vista en Hoy por Hoy Alicante – Cadena Ser