Nuestra ciudad tiene mucha gente que no entiende de economía y que está cada vez más asqueada de una política que les empobrece más y más. Sin embargo, esa misma gente sufre por ver a su alrededor tanto dolor injustificado en forma de paros y despidos, de madres con dificultades para alimentar a sus hijos, sabiendo de casos de personas a las que el banco les ha quitado la casa. Personas como Carmen, que vive en San Blas con un marido en paro , sobreviviendo gracias al raquítico subsidio familiar, con un hijo trabajando en el extranjero y una hija que este año solo ha podido matricularse de dos asignaturas en la universidad porque el dinero no les llega.
Pero Carmen, como tantas otras personas de bien, ha querido ir al súper de su barrios para colaborar modestamente con la recogida de alimentos que se ha hecho en toda España este fin de semana. Ella no ha podido dar mucho, apenas unos paquetes de macarrones y arroz que necesita casi más para su casa, pero es la forma que tiene de ayudar, de demostrar su cariño a tanta gente que no tiene ni para comer y que dependen de los bancos de alimentos, de las ONG y los comedores sociales para salir adelante, abandonados como están por un Gobierno preocupado únicamente por mentir y justificar sus implicaciones judiciales en tantos casos de corrupción.
En el fondo. Carmen tampoco entiende de política, bastante tiene con sacar a su familia adelante. Pero sabe que tanta pobreza, tanto sufrimiento y dolor como ve a su alrededor no son buenos.
Y aunque Carmen traga muchas lágrimas en silencio al ver a su marido desesperado, sabiendo que su hijo se ha tenido que ir a trabajar fuera, preocupada por una hija que no sabe si podrá terminar su carrera, Carmen confía en que si llega a necesitar algún día macarrones o arroz, habrá otras muchas cármenes que le ayudarán a comer. Aunque sea conteniendo toda esa rabia que nos están haciendo tragar por tanta vida como nos están robando.