Tragando rabia por tanto dolor

Recogida de Alimentos

Nuestra ciudad tiene mucha gente que no entiende de economía y que está cada vez más asqueada de una política que les empobrece más y más. Sin embargo, esa misma gente sufre por ver a su alrededor tanto dolor injustificado en forma de paros y despidos, de madres con dificultades para alimentar a sus hijos, sabiendo de casos de personas a las que el banco les ha quitado la casa. Personas como Carmen, que vive en San Blas con un marido en paro , sobreviviendo gracias al raquítico subsidio familiar, con un hijo trabajando en el extranjero y una hija que este año solo ha podido matricularse de dos asignaturas en la universidad porque el dinero no les llega.

Pero Carmen, como tantas otras personas de bien, ha querido ir al súper de su barrios para colaborar modestamente con la recogida de alimentos que se ha hecho en toda España este fin de semana. Ella no ha podido dar mucho, apenas unos paquetes de macarrones y arroz que necesita casi más para su casa, pero es la forma que tiene de ayudar, de demostrar su cariño a tanta gente que no tiene ni para comer y que dependen de los bancos de alimentos, de las ONG y los comedores sociales para salir adelante, abandonados como están por un Gobierno preocupado únicamente por mentir y justificar sus implicaciones judiciales en tantos casos de corrupción.

En el fondo. Carmen tampoco entiende de política, bastante tiene con sacar a su familia adelante. Pero sabe que tanta pobreza, tanto sufrimiento y dolor como ve a su alrededor no son buenos.

Y aunque Carmen traga muchas lágrimas en silencio al ver a su marido desesperado, sabiendo que su hijo se ha tenido que ir a trabajar fuera, preocupada por una hija que no sabe si podrá terminar su carrera, Carmen confía en que si llega a necesitar algún día macarrones o arroz, habrá otras muchas cármenes que le ayudarán a comer. Aunque sea conteniendo toda esa rabia que nos están haciendo tragar por tanta vida como nos están robando.

Punto de vista en Hoy por Hoy Alicante – Cadena Ser

Contra la perversión de los apadrinamientos

apadrina

En determinadas épocas del año, como las Navidades, aparecen con fuerza anuncios, reclamos y propaganda variopinta pidiendo nuestro dinero para apadrinar niños. Efectivamente, el apadrinamiento es utilizado por ONG de todo pelaje desde hace años como un instrumento fundamental en la captación de fondos, habiéndose consolidado como una controvertida herramienta de marketing publicitario, bendecida por esas escuelas de negocios neoliberales que venden a ONG y a otros muchos incautos cómo agrandar la cuenta de ingresos a costa de estrechar su dignidad y su ética.  De hecho, en España, los mayores escándalos protagonizados por ONG han estado vinculados a organizaciones que han hecho del apadrinamiento su monocultivo, demostrando así hasta qué punto éstos se habían convertido en una fabulosa fuente de ingresos con la que poder inyectar cuantiosos recursos a actividades y negocios mercantiles ajenos por completo al mundo de la solidaridad.

Desde que las ONG vivieron su época de auge, en la década de los 80, comenzaron a surgir cada vez más organizaciones espurias alejadas de los valores y principios básicos que las organizaciones no gubernamentales construyeron con esfuerzo. Estas otras organizaciones oportunistas pronto se apropiaron de los valores propios del oenegeísmo para convertirse en máquinas de captar recursos mediante instrumentos publicitarios y campañas cada vez más tecnificadas. La solidaridad, la cooperación y la pobreza se convertían así en la excusa perfecta para construir campañas de publicidad muy sofisticadas que apelaban a los sentimientos más nobles y primarios de las personas con el fin de recaudar dinero mediante instrumentos como los apadrinamientos, algo que se bendecía desde eso que se ha dado en llamar con indisimulada desvergüenza “marketing con causa”, uno de esos conceptos tecnocráticos que parecen justificar cualquier inmoralidad en el mundo de la solidaridad.

Sigue leyendo