En diferentes ocasiones hemos analizado la evolución negativa de la cooperación descentralizada en España en el marco de los procesos de desguace que vive el sistema español de cooperación al desarrollo. En mi opinión, la cooperación descentralizada en España atraviesa una profunda crisis que va más allá de las inestabilidades económicas y financieras que atraviesa el país, al eliminarse de un plumazo las políticas de solidaridad internacional que muchas entidades locales han venido construyendo desde la llegada de los ayuntamientos democráticos. El paisaje que todo ello está dejando sobre las políticas de cooperación descentralizada en un país que fue considerado como un ejemplo para países e instituciones internacionales es desolador por la vía de la desaparición de la cooperación local en muchas ciudades, municipios y comunidades autónomas, o en el mejor de los casos, su reducción a efectos puramente testimoniales. Sin embargo, todavía faltan por llegar los efectos perversos que la reforma de la Ley de Bases de Régimen Local impulsada por este Gobierno va a generar sobre unas materias que son consideradas como “impropias”, con todo lo que ello significa.
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La semilla del 0,7%
Se cumplen diecinueve años del arranque de las grandes movilizaciones que a favor del 0,7% del PNB de ayuda para el Tercer Mundo tuvieron lugar en toda España y que significaron el arranque del movimiento 0,7%. Casi dos décadas es tiempo suficiente para realizar un pequeño análisis de lo que significó esta emblemática campaña para el conjunto de la sociedad, precisamente en unos momentos en que el Gobierno del PP está procediendo a un profundo desguace de la política de ayuda al desarrollo y ha llevado la cooperación internacional a su mínimo histórico.
En el mes de abril de 1994 los rebeldes Tutsis del FPR entraron en Kigali, desencadenando uno de los más terribles genocidios conocidos en el siglo XX. Entre 800.000 y 1.000.000 de personas fueron asesinadas de forma premeditada, en una acción planificada durante meses por fanáticos Hutus, con la complicidad de varios Gobiernos occidentales. Todo ello originó una catástrofe humanitaria provocada por millones de personas que huían de forma desesperada para escapar de una muerte segura. La dimensión de la tragedia y especialmente la rapidez con que se desarrolló, contaron con la pasividad de la comunidad internacional y de instituciones multilaterales, que demostraron el escaso valor que otorgaban a la vida humana en algunas partes del planeta. Pero en esta ocasión, los medios de comunicación retransmitieron por vez primera y en tiempo real, informaciones que detallaban la dimensión del gigantesco drama que se estaba viviendo. Ante nuestros ojos aparecían cientos de miles de personas cuyo único propósito a lo largo de toda su vida era sobrevivir, algo que significó un auténtico aldabonazo en muchas conciencias, llevando a numerosos ciudadanos de bien a preguntarse por las causas de tanto horror y la manera de paliar tanto sufrimiento humano. Se empezaba a producir un cambio trascendental en la opinión pública española, que empezaba a mostrarse a favor de la ayuda a los países pobres y la cooperación internacional.
El debate inacabado de las ONG
A raíz de un post que colgué hace meses, “ONG en crisis y crisis de las ONG”, se generaron comentarios de diferente naturaleza, pero algunos de ellos de una destacada relevancia. Cada comentario tiene mi agradecimiento expreso, surgiendo de personas con experiencia y trayectoria contrastada.
Este post, que partía de una columna mía en la Cadena Ser, apuntaba de forma telegráfica algunas dinámicas muy relevantes que actualmente se están dando y que pasan desapercibidas en la sociedad, pero que exigirían mucho más espacio y profundidad de lo que refleja el comentario. No se puede decir que no haya dedicado tiempo y esfuerzo a analizar de una manera singular el fenómeno de las ONG en las sociedades contemporáneas, una línea de investigación vigorosa a la que he dedicado años de estudio, que concluyó con mi Tesis Doctoral y que ha cristalizado en numerosos libros, estudios, artículos y ponencias universitarias, alimentando numerosos trabajos de forma continuada. Por ello, las ideas contenidas en el post tienen que entenderse como reflexiones breves y contundentes, que en otros medios he tenido la oportunidad de analizar y profundizar.
Pero la riqueza de los comentarios que este post ha alimentado me plantea la posibilidad de destacarlos, especialmente dos de ellos, para poder contraponer dos visiones complementarias sobre un debate inacabado que seguirá generando otras muchas reflexiones en este Weblog.