Las verdaderas razones del Partido Popular tras la muerte de los inmigrantes en Ceuta

Ceuta

 

La muerte de 15 inmigrantes en aguas de Ceuta asediados por fuerzas de la Guardia Civil mientras eran disparados con balas y pelotas de goma, así como las justificaciones que el Gobierno y su ministro del Interior han dado ante esta atrocidad, ha llenado de indignación a amplios sectores de la sociedad española que desde hace años han demostrado ser mucho más solidarios y acogedores que buena parte de sus responsables políticos.

Pero no es casual que el Gobierno del PP, en estos precisos momentos, trate de colocar la inmigración como un problema inexistente entre la sociedad, precisamente cuando las encuestas y barómetros evidencian un cierto hartazgo de la ciudadanía hacia sus políticas de recortes salvajes y su complicidad con la corrupción. Al mismo tiempo, su actitud ante sucesos similares, muestra la falta de escrúpulos con que viene actuando ante la cuestión migratoria.

La responsabilidad del PP sobre la muerte de inmigrantes en Ceuta no debe interpretarse como una suma de torpezas y despropósitos que vulneran principios humanitarios y jurídicos esenciales, ni mucho menos. Lo que estamos viendo y escuchando día tras día es el fruto deliberado de una política calculadamente racista y xenófoba del PP, que desde hace tiempo viene desplegando actuaciones y un discurso cuasi criminal hacia la inmigración. Y esto hay que decirlo así, de forma muy clara, porque lejos de aprender sobre los errores y barbaridades que a lo largo de los años han venido amparando en esta materia en todos sus niveles políticos e institucionales, utiliza la inmigración y a los inmigrantes pobres como un instrumento electoral que le sirve para desviar la atención de la sociedad sobre otros temas que no quiere que sean centros de atención, al tiempo que lo utiliza para su beneficio electoral y partidista, afianzándose entre el electorado más rancio de la derecha española en momentos en los que ve amenazado este caladero de votos y quiere alinearse políticamente con la emergente derecha xenófoba europea.

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Las cuchillas de la inmigración

concertina

  •  Para un país como España, que vive con intensidad una hemorragia migratoria protagonizada por jóvenes muy cualificados, las cuchillas que pone el gobierno contra los inmigrantes cortan nuestra alma y rasgan toda esa solidaridad que la sociedad española ha desplegado en los últimos años para acoger a los inmigrantes que han llegado hasta nosotros.
  •  Sin embargo, no nos engañemos, son otras muchas las cuchillas que se han venido desplegando contra los inmigrantes en España con el fin de triturarlos como personas y despojarlos de cualquier esperanza. Unas cortan la piel mutilando su cuerpo, pero otras amputan cualquier esperanza para ellos y sus familias de poder tener un futuro mejor, seccionando de cuajo su condición de personas.
  •  Mientras, nuestro presidente del Gobierno trata de saber si las cuchillas cortan, la Fundación de su partido, FAES, promueve cursos generosamente subvencionados por los presupuestos públicos para difundir en países de donde vienen estos inmigrantes unos derechos humanos que aquí les negamos. Paradojas contemporáneas de un afilado cinismo.

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